¿Qué somos los comunicadores sociales?

Frecuentemente se nos suele confundir con periodistas y tenemos que reconocer que en muchas ocasiones también somos periodistas, pero no es la única actividad que podemos realizar, aunque sea la más visible ante esta sociedad mediática en la que estamos viviendo durante este siglo XXI.

Los comunicadores sociales somos principalmente productores de sentido, sentido social y sentido cultural. Trabajamos sobre las representaciones mentales de sujetos y grupos sociales. Somos creadores de relaciones, de lazos, de vínculos humanos. Somos difusores de ideas, de las nuestras y de las de otros, de las que compartimos y muchas veces de las que no compartimos. Somos obreros y guardianes de la palabra, de la hablada y de la escrita. Somos creadores de imágenes, visuales y mentales, grandes y pequeñas, efímeras y perennes. Somos fabricantes de sonidos, agudos, graves y del resto de las gamas. Somos estrategas del mensaje, observadores, curiosos, ideólogos, analistas, investigadores, críticos y autocríticos de más mensajes. Somos la voz de los que no tienen voz. Somos molestos para los sectores de poder cuando no útiles a sus causas.

Nuestra tarea no tiene horarios, porque nos comunicamos las 24 horas desde antes de nacer y porque nos formamos en éste ámbito del saber continuamos con la responsabilidad de ser profesionales de la comunicación las 24 horas del día. Nuestras miradas, nuestros gestos, los movimientos de nuestro cuerpo, los tiempos para inhalar y exhalar, el atuendo que nos viste, cada paso, cansino o veloz comunica lo que somos, con quienes estamos y qué queremos hacer. El simple hecho de conocerlo, de se consciente de ello nos obliga a ser eso que hemos elegido y no doblegar en ningún segundo.

Los comunicadores sociales no somos solamente trabajadores de la comunicación, somos seres que andamos por el mundo comprendiendo y produciendo sentidos, en otras palabras: organizando la caótica realidad del universo, desde nuestro y más íntimo hasta el que seamos capaces de conocer./Mariano Ramirez.

1 comentarios:

Guillermo Elia dijo...

como siempre digo, su aporte a esta profesión tan ingrata es lo más saludable que existe. Su texto se convertirá en parte de algo más grande. Será un documento para que reflexionen los alumnos de un instituto de periodismo.