La ficción de la realidad


He releído en estos últimos días el libro "La gran pantalla" de la reconocida periodista devenida en diputada Norma Morandini. Y en vistas de que la realidad que nos muestran los medios masivos de comunicación está cada vez más manipulada quiero compartir este fragmento del libro con ustedes. Espero que les guste.


"La primera vez que fui a una cancha de fútbol, tras el primer gol esperé su repetición, el replay. Artificio y prodigio de la tecnología que como una divinidad electrónica puede hacer lo único que los seres humanos no podemos hacer, detener el tiempo, cancelarlo y volverlo atrás. Esto es lo que vemos en la televisión. Imágenes que se detienen o se repiten al ritmo del corazón. Secuencias que se superponen o se unen con un orden diferente al que la vemos o vivimos. Por eso se dice que la televisión crea una realidad. Pero muchas veces nuestra primera experiencia, como me sucedió a mí con el fútbol, la tuvimos sentados frente al televisor. Antes que ir a la cancha, había visto numerosos partidos de fútbol en la pantalla. O sea, esa función de la realidad (la repetición del gol) fue anterior a la realidad, mi propia experiencia de estar en un estadio colmado, bullicioso, que grita, aplaude el gol. El mismo gol que vieron repetido hasta el cansancio millones de personas que permanecieron sentados en sus casas frente al televisor. Como yo me habitué a ver primero la repetición del gol, instintivamente en la cancha esperé que la pelota volviera atrás y rehiciera en el aire el camino que siguió para entrar al arco y marcar el gol. Una verdadera ficción de la realidad, no en el sentido de mentira, sino de irrealidad que la antecede y por eso la modifica.
A diferencia de las transmisiones en directo que producen exactamente el aquí y ahora, el tiempo y su sucesión como realmente lo vivimos, la edición en televisión crea un nuevo ordenamiento, arma una nueva realidad no como una mentira sino como una creación resulta paradójico que las personas que ostentan este poder, el de la creación, los editores, no aparezcan jerarquizados como lo que realmente son, los dueños de la imagen, los verdaderos artífices. Son los montadores de video a los que Perez Reverte, escritor y ex corresponsal de guerra de TVE describe como “callados y cínicos”. Las mejores lecciones sobre la televisión las aprendí con esos hombres que pasan horas encerrados en pequeños cubículos. En total anonimato, apremiados siempre por el tiempo y las urgencias, mezclando imágenes, ordenando la narración, esa fragmentación de la realidad que instaura una nueva realidad y por eso la desdramatizan". (Norma Morandini)

Fútbol por todos lados


El nuevo convenio que firmó la AFA con el Poder Ejecutivo Nacional por la transmisión televisiva del fútbol argentino puede ser beneficioso para los fanáticos de este deporte, pero también tiene algunas consecuencias más allá de lo económico.


No hablaremos aquí del gasto realizado por el gobierno, sino de las modificaciones simbólicas que se producen en los canales de TV abierta.


Canal 7 (la tv pública) transmite el viernes 4 horas y el sábado y domingo 8 horas de partidos de fútbol seguidos uno tras otro. ¿Qué sucede con los programas que estaban en pantalla antes de este convenio? Aquí no se tiene en cuenta al espectador. Parece que este gobierno no sólo actúa sin tener en cuenta la opinión de la ciudadanía, sino que ahora deja de lado a quienes elegíamos ese canal para nutrirnos de la información que no nos proporcionan los canales privados. Nos deja sin opción para el fin de semana.


Por otra parte, el canal América también transmite la mayoría de los partidos, con lo cual desaparece buena parte de la programación de ese canal que, sin dejar de ser un canal privado con todo lo que eso conlleva, constituye una alternativa a los dos grandes popes de la tv (Canal 13 y Telefe).


Y si a eso le sumamos que en Mendoza uno de sus canales de aire (Canal 7) también se ha sumado a la ola futbolística del fin de semana, los que solamente tienen tv abierta en esta provincia se quedan solamente con un canal de televisión.


Ante este desamparo televisivo (que nunca fue lo contrario) nos quedan los periódicos, porque la radio también está futbolizada, y las charlas con amigos, esta última la fuente de información más fiable que podemos encontrar en esta época del año.

Los medios masivos y la gripe A


En este artículo no pretendo ponerme en contra de la información verídica que se ha proporcionado en este tiempo referida a la gripe A. Simplemente quiero remarcar la dificultad para encontrarla.

Los diarios, la radio, la tv y diversas páginas de internet se han abocado durante casi un mes a hablar de la gripe porcina, sin contar la enorme cantidad de e-mails que se han divulgado haciendo referencia al mismo tema. Todos han dicho lo que han querido como si se tratara del casamiento de una vedette famosa con un futbolista, sin reparar en la gravedad y la delicadesa del asunto. Estamos hablando de una enfermedad y no es cosa menor.

Cada medio, más aún, cada persona con acceso a los medios, decía lo primero que le venía a la boca, cosa a la que ya estamos acostumbrados los argentinos: opinamos de todo. Sin embargo, una serie de profesionales de la salud también transitaron los micrófonos y las cámaras dando estadísticas y recomendaciones acerca de la pandemia y de los medicamentos y vacunas disponibles. Ellos tampoco aclararon el panorama.

Es cierto que los medios tratan de informar, pero no olvidemos que la tv es entretenimiento ante todo y que la radio y los diarios tienden a ser televisivos (abundan en mensajes fragmentados y en imágenes). Tanta información de tanta diversidad no hace otra cosa que desinformar.

Y si a esto le sumamos la falta de datos oficiales creíbles, la problemática se agrava aún más.

Esto merece una reflexión por parte de todos los actores sociales de nuestro país. ¿Qué clase de políticas comunicacionales tenemos? ¿Qué clase de medios de comunicación tenemos? Y lo más profundo de todo: Los ciudadanos argentinos ¿podemos acceder a nuestro derecho a ser informados?

Las respuestas habrá que buscarlas a lo largo del tiempo.